En numerosas ocasiones se piensa que para mantener limpia nuestra sonrisa tan solo es necesario realizar una buena limpieza con el cepillo una media de tres veces al día y una vez pasados 40 minutos desde que hemos comido. Parece sencillo y es probable que un gran número de personas recurran solo a este acto para tener una sonrisa perfecta. Pues bien, la limpieza de nuestros dientes va más allá de la que realizamos con el cepillo.
La limpieza interproximal, conocida y centrada en ser una limpieza mucho más rigurosa que la anterior, debe realizarse de la misma forma y con igual rutina que la limpieza mediante el uso del cepillo, la pasta de dientes y el colutorio. Para realizar una limpieza interproximal tan solo se necesitan accesorios bucales tan simples y económicos como el hilo dental, los irrigadores bucales o los cepillos interproximales.
Hilo dental : se debe utilizar para conseguir llegar a esos espacios que el cepillo no logra acceder. Para ello, debemos pasarlo por todos los rincones sin dejar uno y entre todos los dientes que componen nuestra boca. Es importante mencionar y destacar que no se debe pasar contra la encía ya que puede provocar la irritación, el sangrado y deterioro de la misma.
Irrigadores dentales : se trata de la aplicación de un chorro de agua u otro líquido sobre los dientes realizando presión en estos y en las encías. Esto logra que se limpien de mejor manera los dientes gracias al chorro de agua que lanza. Este accesorio ayuda a eliminar la placa bacteriana y además, provoca en nuestra boca una sensación de frescor total.
Cepillo interproximal : cuando existen dientes muy separados de los otros, introducimos este en el espacio para de esta forma, poder realizar movimientos de entrada y salida. Consiste en un tipo de cepillo con cabezal cilíndrico y de tamaño bastante reducido. Ayudan a eliminar la placa producida por los restos de comida en nuestra boca además de las bacterias.